Psicología del Cangrejo, Berraquillo la bebida exótica de las plazas de Bogotá
- Sofia Sandoval Monroy
- 24 ene 2021
- 4 Min. de lectura
“Berraquillo, amor prohibido, boxeador, siete vidas, amanecer contento, levántate lázaro, quita calzones, el rompe colchones, pague uno, lleve dos y salen tres” son los nombres de la bebida que invitan a probar las fruterías de las plazas de mercado en Bogotá. Una bebida llena de vitaminas para cualquier tipo de dolencia o debilidad, una bebida exótica que requiere de un ¡cangrejo vivo!

Recuerdo cuando era pequeña y acompañaba mi madre a la plaza, me quedaba mirando con cara de boba, la pila de cangrejos y langostas que estaban en su prisión de cristal. No me cuestioné el porqué de su encierro, pero sentía escalofríos cada vez que se movían. Nunca me imaginé que unos años después, estaría ansiosa de probar la mezcla de cangrejo vivo con borojó.

Durante el proceso de preparación, se me escapó un “pobrecitas” mientras mi cámara captaba cada momento de la mezcla. Enfocar cómo la langosta se veía debajo de borojó, Whisky, cola granulada, embrión de pato, chocolisto, leche y miel, me hizo arrepentirme de probar el quita calzones, pero la cordialidad y amabilidad de Don José al momento de servirla, me impulsó a responder a tal hospitalidad.
Quedé sorprendida cuando vi dos vasos grandes sobre la mesa, sabía que costaba $20.000 pero llegué a pensar que sería el doble, por lo que eran dos vasos. “Son $20.000” dijo Don José, me quedé mirándolo sorprendida “es cortesía de la casa” me dijo. Para mi suerte estaba acompañada y pudimos compartir al cangrejo.

Con temor acerqué el vaso a mi boca y me enamoré del sabor, era dulce y un poco fuerte, debido al alcohol, al momento de beberlo se me olvidó que es a base de una langosta que sufrió en la licuadora. La forma de servirlo y los envases, me hicieron notar la estética de la plaza, su color rosa y su decoración con galletas saltín, hacían lucir al levántate lázaro, delicioso y atractivo, así como su sabor; totalmente diferente de su proceso de realización.
Amanecer contento, tiene la fama de ser afrodisiaco y aunque sentí mucho calor cuando lo tomé, Don José aclara que es pura psicología.

“Nosotros le decimos a ese jugo “Berraquillo” amor prohibido, boxeador, siete vidas, amanecer contento, levántate lázaro, quita calzones, él rompe colchones, el pague uno lleve dos y salen tres, psicología, ¿si me entiendes? de pronto el berraquillo si ayuda a algo sexual, no puedo decir que no, pero es más psicología. Así que digan tremendamente, ¡nah! eso que usted salga uy! ay! juemadre desesperado, nah, eso no existe, lo que existe es el amor, que lo quieran a uno, eso sí funciona, si no, no hay nada más que hacer.
Hablando de amor, Don José me sorprendió de nuevo cuando llenó los dos vasos con más boxeador en ellos, su sabor era más dulce que en la primera ronda y el miedo a beber de él, desapareció entre la conversación que mantenía con Don José.

Mientras el dueño de El Paraíso, me comentaba la creencia de que el amor prohibido era malo por una bacteria que se atribuía al cangrejo, yo saboreaba lo último que quedaba en mi vaso. “Esa bacteria se da es cuando el cangrejo o langosta está muerto, tiene que estar vivo, porque él bota un aceitico y esa es la vitamina del cangrejo, el calcio que trae”
Puedo asegurar, que al día de hoy no me he enfermado, ni he sentido dolor de estómago, es más, no sé si es la psicología, pero por esos días tenía una gripa horrible y casualmente ha disminuido drásticamente.
Se vende bien, apto para todas las edades, niños, jóvenes, adultos y ancianos, todos consumen berraquillo. “Este es el famoso berraquillo...sirve para la debilidad, dolor de cabeza, agotamiento, estrés, anemia, es pura vitamina. Es que eso es vitamina, las señoras cuando tienen bebé, pierden demasiada sangre, al perder tanta sangre quedan muy débiles, les da dolor de cabeza, les da debilidad, de todo, entonces toman ese jugo y les ayuda.

Don José lleva 28 años trabajando en la Plaza del Restrepo y el negocio nació de un deseo de su esposa a tener una frutería y la inversión del papá de Don José, quien compró el local. “Son bendiciones, son cosas que suceden siempre hay que decir, que sea la voluntad de Dios, no la de uno y la voluntad de Dios fue que estuviéramos acá” El negocio dio para mantener una familia de 5, un joven de 27 años, ingeniero civil, una joven diseñadora gráfica, quien hizo las fotos del local, y el menor un estudiante de filología en la Universidad Nacional.
“Cuántos no desearían tener un negocio en esta situación del país, se vendía más antes y eran poquitas las fruterías, eran contadas como cinco u ocho, ahorita hay cuarenta y tres, todo esto no eran fruterías eran queserías, huevos. Tú no habías nacido con todo respeto, pero antes era típico venir a la plaza del Restrepo a comer ensalada, no se veía en ningún barrio una frutería, era venir a la plaza y comer ensalada. Los centros comerciales han pegado más ahora, la competencia de nosotros son los centros comerciales, el Éxito y el D1”
Pero de seguro ningún centro comercial o Éxito tiene para ofrecer un pague uno, lleve dos y salen tres.

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